Perdon y Bronca

Quisiera poder empezar este texto diciendo que la bronca nos envenena.

¿Pero quien no la tiene en algún momento de su vida?, solo es cuestión de saberla llevar o que cese medida que va pasando el tiempo, otra solución, la ideal diría yo, es que nos pidan disculpas por el daño que alguna vez nos causaron.

Dicen por ahí, que el tiempo cura heridas, ¿las cerrará verdaderamente?, o simplemente nuestro inconciente las guarda, para luego sacarlas a la luz en el momento que sentimos que nuevamente estamos pasando por esa situación que alguna vez nos atormentó.
Es increíblemente devastador convivir con la bronca.
Cuan felices seriamos si todos pudieran darse cuenta de sus errores y simplemente nombrar esa palabra tan mágica y difícil como “perdoname”. Pero ese perdoname tiene que venir del corazón, tiene que ser sentido, sino, ¡¿que gracia tiene?!

El tiempo sigue pasando, las horas, los meses, los años, y seguimos preocupándonos pura y exclusivamente de nosotros mismos, solemos cerrar los ojos, callamos nuestro conciente o seguimos dejando pasar el tiempo sin darnos cuenta de las cosas malas que hacemos. Pero lo peor es, no ver el daño que podemos causar en el otro, y aunque parezca absurdo, es un daño irreparable, que tal vez, con un simple “PERDONAME” puede dejarnos avanzar y superar ese mal trecho.
Es normal que cometamos errores, somos humanos y nacimos imperfectos, pero aprendamos que:

……………No solo habla bien de nosotros saber pedir perdón, sino que alivia el alma.

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