La memoria del alma

Creemos y sentimos muchas veces que vivimos situaciones repetidas, conocemos gente que tenemos la certeza de haberlas visto en algún momento, o que nos resulta familiar.
Hablamos de dejavú, pero no hablamos de aquello que une todas esas cosas maravillosas e inexplicables y esa es “nuestra memoria del alma”
Para los budistas la memoria del alma es aquella que se empieza a revelar en el momento en que estamos preparados para tolerar ciertas cosas que vivimos en alguna vida pasada.
Hasta ahora es el único discurso que me llena y me completa cuando miro a una persona y siento que la conozco de toda la vida.
Esta memoria nos puede mostrar infinitas cosas, personas o situaciones que al fin y al cabo siempre tienen un único fin, enseñarnos para poder aprender.
Particularmente siento que mi memoria del alma no para de manifestarme cosas, momentos vividos, gente que se une a mi a la cual siento conocer desde siempre, gente a la que se aparece de sopetón en el momento y lugar oportuno para darme una palabra de apoyo, un gesto de amor, o un gesto de desamor.
El tema está en que realmente no estoy segura de si estoy aprendiendo, o solo estoy dejando pasar esos momentos por el simplemente hecho de sentir que todo lo que pasa es parte de la vida y la casualidad.
Recuerdo que un día una amiga me dijo, tu alma es un alma vieja…
Me quede pensando por días y horas porque decía que mi alma era un alma vieja, a que se refería, y si realmente yo sentía que mi alma era así.
Muchas veces busqué respuestas a preguntas que nadie se animaba o que realmente la gente no se cuestionaba, muchas veces me sentí especial por no compartir pensamientos, o maneras de ver la vida.
Y así me di cuenta que mi memoria del alma es vieja porque siento haber vivido mil y una vez, porque siento que en cada una de esas vidas aprendí algo diferente que hoy por momentos puedo demostrar y por otros momentos no… pero sigo aprendiendo.
Hoy, en esta vida, y a esta hora aprendí algo que me enseña a saber quien soy yo para con el mundo y me di cuenta que mi conexión con los demás esta fundamentada en otra cosa más que la vida cotidiana, y esa conexión la hago pura y exclusivamente desde el espíritu y desde el amor.